O le compras a tu hijo el último móvil o pagas otro plazo de la hipoteca.
Qué elección más simple. Todo el mundo quiere más a su hijo problemático, caprichoso y pijo que a su casa que sólo le da trabajo cada vez que se ensucia. La pena es que no podamos hipotecar a los hijos, o que estos no vengan con un libro de reclamaciones. Más de uno que yo me sé estaría en la puerta del "Defensor del Ciudadano" quejándose porque su hijo sólo se dedica a fumar, beber y gastar dinero.
Eso sí, estoy seguro que todos preferirían que las hipotecas bajaran y gastarse el dinero ellos mismos.
Fdo. Bonnie
1 comentario:
No me extraña que la gente tenga problemas con los hijos.
La hipoteca es un gran problema.
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