Y es que ya estamos a dos días de que el lorenzo nos deje sus mejores momentos: el calor, el mar, la piscina, los bikinis y los cuerpos danones... o no.
Pero, ¿sabéis qué? Hoy no quiero hablar de eso, simplemente voy a hacer un pequeño homenaje a esos amigos frios, deliciosos, suaves y cremosos que sacian nuestra sed y nuestro calor en los meses más cálidos del año, me refiero a los... ¡¡¡¡¡¡¡HELADOS!!!!!!!
Los hay de todos los sabores, colores, tamaños y formas.
¿Quién no recuerda el Negrito, el Drácula, el Frigopie, el Mikolápiz...?
Que míticos, ¿verdad?
Estos helados se convirtieron en el icono veraniego de muchas generaciones, ¿a quien no se le ha derretido un frigopie por toooooooooda la mano? Por supuesto ahi estaba tu madre, bien para echarte la bronca o bien para reirse contigo, y tú mientras tanto con la boca de color rosa. Te daba igual, eras feliz con ese sabor en la boca.
Y que me decís de esos polos de hielo que apenas costaban 50 pesetas, ¡¡¡¡¡los FLASHHHH!!!! de todos los sabores, yo quería que se terminara el cole que estaba dando sus últimos coletazos en junio, para salir corriendo al puesto y comprarme uno.
¿Os acordáis del anuncio de la tele en que salía un negrito cantando anunciando un negrito? No se me olvidará esa imagen nunca.
El minimilk... eso era una chorradaaaaaa.... imitación barata y enana del frigopie.
Y los pirulos.... eso es otro cantar.