"Sarko" no se anda con tonterías.
Que mejor que la castración química para acabar con los "enfermos" sexuales. El presidente de la República no tiene miedo a tomar decisiones de este tipo y más que tomará el futuro y seguramente más polémicas. Los franceses están de enhorabuena porque llevaban pidiendo alguien que diera un giro a la política actual del país.
Menos mal que ya nadie se acuerda ni de quien era Madame Segoléne.
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